viernes, 19 de septiembre de 2008

La Familia del Anarquista

Los pintores que han obtenido, por brillante oposición, las plazas de pensionados en la Academia de España en Roma, son conocidos del público por sus cuadros presentados en las exposiciones nacionales: Eduardo Chicharro, Manuel Benedito y Fernando Alvarez SotomayorLa Ilustración Española y Americana. Madrid, 15 de octubre de 1899


Tenía el ejemplar entre sus manos y lo leía meticulosamente. Cómo lo había conseguido tener en su poder, tampoco venía muy a cuento ahora, tan sólo pensaba cuan codiciosa y, tal vez, retorcida, puede llegar a ser la mente del ser humano. Abrió el facsímil y observó su primera ilustración, un tal Chopin, que lejos estaba de ser el gran actor de cine mudo que triunfaba en América. Acarició el papel como si de oro se tratara y luego endureció su mirada, para acto seguido chuparse la punta de su dedo índice y pasar página. La fecha constaba en la cabecera. 15 de octubre de 1899. Eduardo había seguido otros caminos diferentes a su padre, pero el gusto por la pintura lo mantenía intacto. Incluso había probado a pintar, y no había recibido malas críticas. Tal vez su cercanía con aquella forma de Arte, su familiaridad con los pinceles y con la representación plástica, cuyo olor le traía su más lejana infancia, hacía que toda la sensibilidad que poseía se fuera a las letras. Se desparramara por cuartillas en blanco y tomara forma en garabatos gramaticales. Pero ahora, con el deseado documento en las manos, quiso recordar a su recién fallecido padre. Buscó con la mirada y encontró su nombre en la tercera página. Allí estaba Eduardo Chicharro. Sonrió. El nombre de su padre y el suyo propio, tantas veces confundido, y las que él no sabría se confundirían a lo largo de la Historia. Se acomodó en su sillón, suspiró y se sumergió de lleno en aquella pequeña reseña hacia el pintor. Hacia su padre. Mientras leía recordaba sus palabras y su voz, y cómo ganó su beca para Roma. Recordaba lo que le había contado sobre el cuadro que le hizo ganar.


Había escuchado la historia de Tomás Ascheri. De los maltratos que sufrió y de cómo lo detuvieron. Estos detalles lo habían impactado y comenzó a pensar en la familia y en todas esas personas que sufren tras el telón de inocencia. Tras el velo del desconcierto y la angustia. Entonces en su cabeza comenzó a formarse la imagen que estaba buscando. La escena perfecta que requería el tema propuesto. De los tres ganadores, era el único que había omitido la figura del anarquista preso. Su tema se centraba en la familia y el sufrimiento que recorre sus cuerpos cuando el reo acaba de ser llevado a prisión. Recordaba la desgarradora escena que había pintado su padre como si fuera el fotograma congelado de una película. Acaban de llevarse preso al anarquista y entonces todo se queda vacío. Los cuerpos se derrumban y crece el desconsuelo en los seres queridos que sufren y padecen una tortura prefijada. Un destino que no se puede cambiar. Hay veces que, en lo más profundo de tu alma, sabes qué va a ocurrir, aunque te niegas a esperarlo y cierras las puertas de aquello que es inevitable. Tal vez fue eso lo que sintió la mujer del preso, que caía derrotada ante el revés que le ofrecía un destino escrito y marcado a fuego. No escucha nada, pues el silencio embota su mente y carga de angustia su cabeza, aunque hay jaleo a su alrededor. En el mísero cuarto en el que se desarrolla la escena, la luz de un día más gris que claro, entra por un ventanuco como un rayo de esperanza. La esperanza. Ese granito minúsculo que a veces sobrevive en una montaña de arena inexpugnable. Ese único punto insignificante al que agarrarse cuando el mundo se ha desvanecido bajo tus pies. Esa posibilidad escondida entre los garabatos escritos por las Parcas. Nada tiene sentido. Opuesta a esa luz, otra más dubitativa. La luz mortecina de la lámpara. La luz titilante e insegura. La luz del dolor que alumbra su corazón. Ella no está sola, aunque parece que el mundo se ha ido con su marido, al que consideran reo. Dos intentan consolarla, quizás amigos de la familia, o tal vez militantes del mismo ideario que el preso. Aferrándose a la esperanza, o pidiendo a gritos ahogados en el interior de su alma la liberación, una chiquilla arroja su mirada a la claridad del día, mientras otra niña, carente aún de los problemas de los mayores, busca con su mirada una reacción en el rostro abatido de su madre. Ella la acoge con su brazo derecho, mientras que con el izquierdo intenta consolar a una anciana, que se desvanece en un ahogado llanto, taponando su rostro para que no llore más.


Pero ella... ella está sola. Se ha quedado sola, pues hasta su corazón se ha ido con él. Y lo que más le duele, en lo más profundo de sus entrañas, es no poder luchar con ese perro destino que está trazado con marcas de fuego. Y lo que más le duele, es no poder verlo más. Y no poder besarle más. Y no poder abrazarlo más. Y no poder susurrarle al oído que le quiere. Un día. Y otro. Y todos hasta la eternidad. No puede explicárselo. No puede entenderlo. Y mientras, el dolor estrangula hasta sus lágrimas. Es a ella a la que han encerrado. Es a ella a la que están torturando. Porque es su vida la que se han llevado. Es a ella a la que le han quitado la vida sin matarla.


Eduardo recordaba el cuadro de su padre a la perfección. De cómo aquel juego de luces y sombras, se completaba con los vivos colores. Ahí fue cuando más se notó su trabajo con Sorolla. Quizás el rey tuvo muy en cuenta esta obra cuando lo hizo su pintor de corte. Era normal que después no comulgara con aquella ideología anarquista, y que sus pasos políticos fueran por otros derroteros. Aunque tampoco antes la había profesado. Su biografía así lo constataba. Sin embargo, ese cuadro y su victoria en aquella oposición becada a Roma siempre había impactado a su hijo. Si bien es cierto que su padre no volvió a tratar temas políticos en su pintura, éste en concreto sí había causado una profunda huella en el escritor. El Anarquismo era noticia en España, y Eduardo sabía que la intención de la Academia no era otra que erradicarlo con escenas de dolor y tragedia. Tal vez así escarmentarían, creía que pensaban desde el organismo de pintura. Tres años seguidos, desde 1897, con el mismo tema para las becas de pensionados. Grandes pintores ilustres trataron la misma escena, desde Romero de Torres hasta Ramón Casas. ¿Y qué se había conseguido?, todo lo contrario. Al menos así lo pensaba él. Terminó de leer la referencia de su padre y volvió atrás en el documento. En la segunda hoja leyó algo al azar...

El conflicto del día es la solución que ha de darse a la huelga de una minoría de contribuyentes de Barcelona. No aprobamos el hecho, ni nos parece propio llamar resistencia pasiva a una confabulación evidente para trastornar el país con pretextos en apariencia sanos, pero que no se pueden admitir; porque si es potestativo en los contribuyentes pagar o no sus cuotas, según crean o no que se administra bien, no habrá recaudación. Lo que hay en el fondo de todo ello es una condenación del sistema representativo, y desprecio de las Cortes y de todos los poderes. Es la anarquía mansa, precursora de la tumultuosa que asomó la cabeza en Zaragoza y, si Dios no lo remedia, ensangrentará a España antes de muchoLa Ilustración Española y Americana. Madrid, 15 de octubre de 1899

Cerró el facsímil y sólo se acordó de ella. De aquella mujer del cuadro. No sabía si la intención de la Academia fue saciada con la pintura de su padre, pero les habría tenido que gustar. Sonrió. Le gustaba que lo confundieran con su padre, pero ahora, en la soledad de su salón, recordándole cuando sabía que se había ido con Caronte, dijo su nombre. Nadie le escuchó. Sus palabras rebotaron en las paredes. Sonó solemne. Melancólico tal vez. Eduardo Chicharro Agüera.

Para el dueño del Callejón de los Negros, Antonio...

21 comentarios:

el aguaó dijo...

Saldo una deuda pues, y me quedan unas cuantas por saldar, pero a este humilde aguaó, que os sirve agua siempre que puede, le gusta hacer las cosas lo mejor posible, y para ello necesita tiempo.

Ruego me disculpen vuesas mercedes por los retrasos.

En cuanto a mi amigo Antonio, espero que te gusta la entrada y que la disfrutes. Gracias a tu propuesta por este cuadro, he aprendido nuevas cosas y descubierto otras muchas. Por supuesto, si quieres más información o tienes alguna pregunta, no dudes en ponerte en contacto conmigo.

Un fortísimo abrazo a todos.

Antonio dijo...

Siempre ahí en el momento justo Aguaó acabo de ver la entrada, que ya tengo impresa para poder leerla mejor en un lugar donde consiga detener el tiempo y con luz natural poder vivirla. Gracias por el regalo, que de algo tan superficial como un 'porra' futbolera seas capaz de crear este ambiente, recrear unas emociones que alguien sólo dejó trazadas estáticamente en un cuadro, algo así tiene un nombre, la belleza debe andar muy cerca. Gracias porque no hace mucho cumplí años y para mi es un regalo auténtico.

Amigos... gocen del arte en estado puro.

Antonio

Anónimo dijo...

Si representaba al anarquista sabía que no iba a conseguir todas las aprobaciones, pero si pintaba a la familia desolada y desvinculada de la ideología del hombre ganaría más favores.
Fue muy inteligente y además un gran artista capaz de mostrar con claridad la pérdida de la mujer que la va volviendo loca, según indican sus ojos y su pelo despeinado.
Me gusta tu descripción de los personajes de la escena y la historia que termina en la voz solitaria lanzada al aire con el nombre del padre.
Gracias por la agüita fresca.
Un beso

América dijo...

Precioso cuadro de Eduardo Chicharro Aguera,y la semblanza respectiva,de una desoladora situación,obras con un contenido social del que parece afortunadamente no han sido indiferentes pintores de la talla de Benedito o Sorolla.
Particularmente de Chicharro me gusta mucho dos cuadros de " Gitana" y"Persida la gitane",(que asumo son de Chicharro hijo).
Disculpa mi ignorancia el cuadro "El bosque es del padre o el hijo"...Saludos.

Anónimo dijo...

El anarquismo sería la perfección si no fuéramos tan animales.

Que de artistas tuvieron que centrar su obra por obligación en temas que no les iteresaba lo más mínimo, menos mla que los grandes sabían darle la vuelta la tortilla.

MAgistral tu agua

María_azahar dijo...

Sabia elección la de nuestro amigo Antonio; me ha gustado tanto que me he cogido tus audioguías con ese estremecedor y brillante relato que lo narraba; gracias por abrirme de estrangis esa ventana de la buhardilla y dejarme conocer tan de cerca a la familia del anarquista y sentir en la piel su dolor. Contigo, los museos se forraban ;)

Besitos.

La gata Roma dijo...

Desde luego Antonio no se puede quejar, aunque en parte le adjudico mérito, por su elección. El resto, tú parte, ya lo sabes, genial. Como dice el callejonero, es genial que de algo como una “porra”, salga esto; sin duda lo mejor de la Eurocopa (sigo sin espíritu patrio, a pesar de la victoria) o al menos para mi.
Kisses

P.S. ¿Lo de la fecha es casualidad?

Finidiblanco dijo...

Despúes lo leo mostro, que no me da tiempo aunque la pinta es magnífica, como siempre; me voy al Viso a echá una carrerita.

Anónimo dijo...

Ya desde su título la obra promete, cuando la miras, se produce el resto. "Que cosa fina" que has hecho. Mua

nefer dijo...

Como la escultura, la pintura también atrapa, ¿verdad? amigo.
En cuanto a la escritura, tú lo demuestras cada vez que puedes, que son más de las que imaginas, AGUAÓ.

1BESO.

Anónimo dijo...

Uno de los mejores posts que le he leído, amigo Aguaó. Y además muy valioso, porque este periodo de la historia de España es de los más oscuros y menos documentados que existen.

El cuadro no solo refleja el dolor de la familia, sino que sus claroscuros son también fiel reflejo de lo que había sido y siguió siendo la vida y el comportamiento del anarquista al que llora su familia. En un momento como aquel, en el que los militares españoles estaban encabronados por el desastre de Cuba, y por el que se avecinaba en Filipinas, la verdad es que la cosa no estaba para muchas bromas. Y los anarquistas seguían empeñados en su lucha contra la Iglesia, el Estado y la burguesía, tres estamentos que están muy fielmente reflejados, por ejemplo, en una procesión del Corpus. Y en una de ellas fue precisamente donde actuaron los anarquistas, en la de Barcelona… resultado: 12 muertos y casi 40 heridos. Más claroscuros, esos muertos también tenían familias que lloraban.

La verdad es que nunca estuvo muy claro si Tomás Aschieri participó o no en aquel atentado y solo fue el pringao que pillaron de cabeza de turco, pero la verdad es que se cebaron con él, le cayó encima todo el encabronamiento militar y de la guardia civil que mencionaba antes. Tantas hostias debieron caerle (todas ellas reflejadas en la cara de la mujer del cuadro) que terminó por delatar prácticamente a toda la plana mayor del anarquismo catalán, y metieron en la cárcel hasta 400 personas, no solo anarquistas de a pie, sino a intelectuales, maestros, catedráticos… de ellos a 87 les formaron consejo de guerra en Motjuic, y cinco fueron a parar ante un pelotón de fusilamiento, entre ellos el anarquista que dejó atrás a la familia del cuadro. Un par de decenas más fueron condenados a penas de entre 10 y 20 años, y los otros sesenta desterrados del país. Todo ello a causa de la delación del anarquista. Cloroscuros… muchos claroscuros…

Tanto dio que hablar este funesto (por como fue conducido) juicio y sus consecuencias, que el resto de los anarquistas europeos no se quedaron quietos y quisieron vengar a sus compañeros españoles. De ahí que viniese un anarquista italiano y se cargase de tres tiros mientras leía el periódico en sus vacaciones al mismísimo presidente del gobierno Cánovas del Castillo, dando su vida a cambio, porque en el proceso judicial más corto de nuestra historia le juzgaron y le dieron garrote vil. También se atentó sin éxito contra el sanguinario teniente Portas, aficionado a conseguir confesiones a base de arrancarles a los presos las uñas de los pies o aplicarles hierros al rojo vivo.

Nunca los asesinatos están justificados, ni de una ni de otra parte; pero seguimos entre claroscuros. El asesinato de Cánovas sirvió para que Sagasta pensara que podía pasarle lo mismo a él y prefirió hacer las paces con los anarquistas, permitiendo que saliesen de la cárcel todos ellos y que pudiesen volver a España todos los exiliados, cerrando así una triste página.

Pero el Gobierno español estaba ya tan desacreditado en todo el mundo a causa de las torturas indiscriminadas, en las que lo único que importaba eran confesiones y confesiones, siendo lo de menos que a quien se las inflingían fuese culpable o no, que el acto de Sagasta solo sirvió para tener tres años de calma relativa.

Para entonces, la niña del cuadro que mira a su madre sin entender qué está pasando, ya tendría edad suficiente como para intentar entender todos los claroscuros que rodearon a la figura de su padre…

Enhorabuena, Aguaó. Y perdón por el rollazo.

Anónimo dijo...

Como tu entrada no solo arrojas agua sino luz.

De ti no esperaba menos mi querido Aguaó... claro que la brillante elección del homenajeado casi me la esperaba, no por el cuadro en si mismo (que ya los es) sino por el periodo en el que se sitúa del que como bien dice mi querido amigo Carrascus, … es de los más oscuros y menos documentados que existen...

PD. Que buen profesor tendrán los hijos de muchos de los que te leen…

El Caliz de la Canina dijo...

Triduo en San Gregorio.No faltes


Un abrazo canino.

del porvenir dijo...

Bueno, Aguaó, muy bueno

Antonio dijo...

Ahora he saboreado la entrada como se merece. Decirte que tengo también pendiente mordisquear como Dios manda tu entrada (y la de Du) sobre el Templete de San Onofre, e intentar entre todos empujar para recuperar el sitio, de momento vamos con La Familia del Anarquista.

Si escogí este cuadro fue por dos motivos muy claro; el primero el desconocimiento de este pintor que tenía (hasta que tu nos has ubicado) un servidor (y cuando digo desconocimiento me refería a su propia existencia aunque el cuadro si lo 'conocí'), y la otra razón, más pesada como te comenté cuando lo sugerí es la historia, el anarquismo, su influencia en mucho de lo que vino después, etc. pero especialmente que saliera a la luz el corazón de esos hombres, mujeres, niños que se vieron implicados en una lucha desigual y violenta. Naturalmente, los anarquistas cometieron actos terroristas (hoy unos hijos de puta han vuelto a matar a un inocente, y estos no tienen ni ideas ni patria) y cada palo debe aguantar su vela.
Pero hubo un trozo de historia que debe recuperar parte de su verdad.

Pero lo que me interesa es a donde me has llevado con tu bello texto, porque creo que es bello, lo que no quita otros calificativos. Has planteado la base de un guión que podría perfectamente recorrer la historia que encierra el cuadro, sin que aparezca el reo para nada, ni en el cuadro, ni tu escrito (como protagonista) ni en esa cinta que pudieran hacer. Lo veo como una película, espero que me entiendas. Sería una historia a dos caras, una la que tiene como protagonistas a los personajes del cuadro con el espíritu que nos desvela y otra la que magistralmente Carrascus nos ha desvelados de las luchas y atentados entre anarquistas y gobierno, claros y oscuros nubarrones, y parece que no aprendemos.

Con este comentario, querido aguaó no te aporto nada, ni pictóricamente, ni históricamente, ni literariamente, niente niente sólo el viaje visual al que me has transportado.

Gracias.
Antonio

el aguaó dijo...

Pues en realidad sólo hizo un cuadro de este tipo, aunque también tiene otro de un duelo amiga Soboro, cuyo nombre es "El Dolor". Gracias por tus palabras.

Querida América me alegro que conozcas a Eduardo Chicharro. "Reinaldo en el bosque encantado" es del padre, apellidado Agüera, el hijo, que además fue escritor, era Briones de segundo apellido.

Amigo Juan, aunque era un tema obligado, consiguió crear una atmósfera impresionante.

Muchas gracias querida Charo. La verdad es que el rostro de ella rezuma dolor, yo lo único que he hecho es leerlo y escribirlo después.

Querida Gata, debo confesarte que quizás no sea la única porra, después de ver el resultado. En cuanto a la fecha, es pura y dura casualidad.

Este puesto del agua está abierto las 24 horas para que vengas a saciar tu sed siempre que quieras amigo Finidiblanco.

¡Qué grande eres Cofiliquili! Al final conseguí destapar el cuadro.

La escultura tiene algunos límites amigo Nefer (aunque Bernini se empeñe en lo contrario), pero en la pintura se pueden conseguir maravillas. Gracias por tus palabras.

Amigo Carrascus, tu comentario no es un rollo para nada. Todo lo contrario, aporta una información valiosísima para mi entrada que, debido al toque literario que intento darle, esos aspectos suelen quedarse fuera. Tengo que confesarte un detalle amigo: Escogí a Tomás Ascheri por ser precisamente el que se llevó la mayor parte de los palos, aunque evidentemente, no sé si la familia representada es la de este hombre, ya que Eduardo no especificó nada. Gracias por tu magnífica aportación querido amigo.

Muchísimas gracias por tus palabras amiga Gluaca. Son todo un honor para mí. La verdad es que no es una etapa muy clara de España.

Voy p'allá Canina.

Gracias querido Del Porvenir.

Querido Antonio, me alegro muchísimo que te haya gustado. Tuyo es. Te digo lo que he podido averiguar: Eduardo Chicharro Agüera fue un pintor de corte, seguidor y alumno de Sorolla, incluso llegóa ser director de la Academia de Bellas Artes de Roma. Sus cuadros no suelen tener temática política, exceptuando éste. Es interesante esa doble cara que dices. Y claro que aportas amigo, todos aportáis con vuestros comentarios, y tú no eres una excepción. Gracias por tus palabras y me alegro muchísimo que te haya gustado.

Un fortísimo abrazo a todos.

Er Tato dijo...

Como no sé dónde colgarlo, pongo la chincheta aquí mismo.

Fíjate, querido aguaó, qué cosa más deliciosa en encontrado por la red. Sí, ya sé que algunos pensarán que por dónde coño me meto para encontrar estas rarezas. Pues yo tampoco lo sé, pero el caso es que de vez en cuando me tropiezo con alguna curiosidad.

Para empezar, la revista se llama Ram -para quienes no lo sepan, ¡es el apelativo cariñoso con el que sus amigos llaman al aguaó!-, y trata sobre meteorología. El artículo en cuestión se denomina La cerámica del agua y su relación con la aridez. Habla de los distintos tipos de recipientes para el agua, del principio físico que permite enfriar el agua en los botijos y de otras muchas cosas interesantes. Vamos, que trata sobre ¡ la tecnología de los botijos, con sus ecuaciones diferenciales y todo, oigan! Y va en serio, así que no se rían

Ahí queda eso.

Un abrazo, querido aguaó y agüita fresca p'ar susto.

P.D.: La entrada, genial, como siempre. Nos estás acostumbrando mal y te va a costar trabajo mantener el nivel.

Verdial dijo...

¿Que puedo decirte después de todo lo que ya te han dicho? Te diría que mi comentario va de la mano con la de Nefer.

Un abrazo Maestro

Unknown dijo...

Llego tarde, tardísimo porque he estado bastante liado estos días; pero he encontrado al fin un hueco para deleitarme de nuevo con tus pinceladas y, una vez mas, decirte que eres un genio.

Saludos.

Reyes dijo...

Tu explicación es magnífica, pero me llama la atención la luminosidad del cuadro, como una contrariedad con el sufrimiento de la familia...
Desde luego, si alguna vez tengo todo el tiempo del mundo, te contrato para que me enseñes los cinco cuadros que más me gustan y que están en los sitios más dispares.
Excelente Aguaó. Gracias.

el aguaó dijo...

Querido Tato, tu investigación es impresionante. Un documento muy a tener en cuenta. Incluso me asusta tanta coincidencia.

Gracias querida Verdial.

Muchísimas gracias mi General. Vuesa merced tampoco anda corto de genialidades.

Querida Reyes, la luminosidad del cuadro corresponde a la estética de la época, liderada por el gran Sorolla, cuyo alumno es el autor del cuadro. Gracias por tus palabras querida amiga. Ya estoy trabajando en el tuyo.

Un fuerte abrazo a todos.