miércoles, 17 de febrero de 2010

No existe la espera

Será como si nada hubiera existido hasta entonces. Será como si el tiempo se rompiera. Será como si los minutos rebosaran de la esfera del reloj y la arena trazara el camino que nos lleva de nuevo a nuestra infancia. Está escrito sobre las marcas de nuestra ciudad que cuarenta días marcarán la espera del tiempo añorado. Girará el mundo para que tenga sentido la vida en una semana, que vaticinarán cuarenta días y cuarenta noches. Sólo entonces volveremos a ser niños para envejecer en siete días ante el presagio de lo que va a ocurrir. Y Sevilla volverá a renacer de las entrañas de su propia razón de ser. En cuarenta días.


Pero, ¿son estos cuarenta días una espera? No. Sevilla no espera, Sevilla se prepara. Sevilla se transforma. Sevilla se viste de primavera y se queda prendida de una cuarentena que la fragmenta en sensaciones fundidas con el aroma del incienso que se presiente. Todo se presiente. Es la espera de lo que ya ha llegado. La realidad se transforma porque no existe una coherencia y al reloj se le para la arena de su destino. No busquemos un razonamiento porque no existe. No busquemos una explicación porque ya está ocurriendo. Es la paradoja de esta Sevilla donde una espera puede ser tan dulce como el momento de la llegada. El tiempo sin tiempo que diría el poeta. Saboreamos la sensación de una dulce angustia por el lento pasar de los días, sin saber que la espera no existe, porque Sevilla ya ha dejado de esperar. Esta cuarentena es efímera y breve y se evaporará como la canela y el clavo del incienso, se rebajará como el cirio de la penitencia, en un abrir y cerrar de ojos tan certero como el que pende de la pared del Hospital de la Caridad. Cuarenta días no es una espera, es un suspiro de aquél niño interior que parte el reloj para vivir otra vida dentro de la vida misma, degustando cada momento la ansiada llegada de la primera visión de la Pasión. Cuando crecemos perdemos la dilatación de las horas, sin embargo en estos cuarenta días la arena del reloj se irá cuajando como el aceite de la cera. Las agujas del tiempo descansarán conforme avancen los días. La vida quedará prendida de un capullo de azahar, en el momento exacto de mezclarse la miel y el vino, en ese instante preciso en que nuestra infancia vuelve a surgir de nuestro interior. Los días pasarán cada vez más lentos y se congelarán. Será entonces cuando volvamos atrás y nuestra niñez se presente de nuevo ante nosotros. Volveremos a tener la capacidad de ilusionarnos y la experiencia será una ausencia sin recuerdo. Nos alcanzará de nuevo la virtud de la inocencia y nos enfrentaremos virginales al Domingo de Ramos, como si nunca hubiera ocurrido antes. Entonces aparecerá nuestra infancia cruzando la ciudad y volveremos a ser niños. Y el incienso brillará y los cirios derretirán el tiempo. Volveremos a ser niños y tendremos ante nosotros toda una vida que se consumirá en siete días, para luego volver a esperar.



“Es tan dulce esperarte y soñar tu llegada, que no quiero que llegues, quiero oírte llegar”Francisco Morales Padrón

Y llegará. El tiempo se detendrá cuando la eclosión de la Gloria esté a punto de hacerse nombre. Cuando ya nada se presienta porque sea una realidad. Todo estallará cuando le den la cruz a la Victoria de la Paz y un río blanco nos anuncie que El Porvenir ya no es un barrio, sino la Semana Santa hecha realidad… entonces se extenderán las palmas y los olivos, aquéllos que serán la ceniza del mañana. Las cenizas del Miércoles del año que viene.

Son cuarenta días, pero… ¿qué son cuarenta días? Cuarenta días es un suspiro, cuarenta días es toda una vida, toda una vida para morir en una semana.


Vídeo del gran Antonio Casado

“Desde el seno eterno del tiempo –como los ríos yacentes en las entrañas de la tierra, que al mar despierta con su remota voz–, vuelven siempre redivivas estas horas embalsamadas de incienso y de rosas para la inmortalidad. Así guarda Sevilla en su seno el ‘tiempo suyo’, y el hombre la muerte dentro de sí mismo, igual que se esconde el hueso en la fruta apetecible –que escribió el lírico germano, de la innumerable, caudal agonía–.“Rafael Laffón



Imágenes del siempre increíble Canónigo Alberico

miércoles, 10 de febrero de 2010

Nazarenas para el Gran Poder

"Aún lleva este Cristo sobre sí las briznas de la carpintería de José y el dolor antiguo de los proletarios. Pero es un hombre vigoroso, musculado por el trabajo y los caminos, que podría, si quisiera, transfigurarse en el extremista aquel que daba al eco y al viento de las montañas su palabra magnífica y rebelde:
'Me han ungido para dar buenas nuevas a los pobres... para poner en libertad a los quebrantados... ¡ay de vosotros los hartos! Porque tendréis hambre'" - Antonio Núñez de Herrera



Hermanas nazarenas del Gran Poder: ¡ENHORABUENA!

Y vuesas mercedes, ¿qué opinan de la decisión de la Hermandad de aceptar hermanas nazarenas en sus filas?

sábado, 6 de febrero de 2010

Avatar

“Año 2154. Jake Sully (Sam Worthington) es un ex-marine confinado en una silla de ruedas que, a pesar de su cuerpo tullido, todavía es un guerrero de corazón. Jake ha sido reclutado para viajar a Pandora, donde las corporaciones están extrayendo un mineral extraño que es la clave para resolver los problemas de la crisis energética de la Tierra. Al ser tóxica la atmósfera de Pandora, ellos han creado el programa Avatar, en el cual los humanos "conductores" tienen sus conciencias unidas a un avatar, un cuerpo biológico controlado de forma remota que puede sobrevivir en el aire letal. Estos cuerpos están creados genéticamente de ADN humano, mezclado con ADN de los nativos de Pandora, los Na'vi. Ya en su forma avatar, Jake puede caminar otra vez. Ha recibido la misión de infiltrarse entre los Na'vi, los cuales se han convertido en el mayor obstáculo para la extracción del mineral. Pero una bella Na'vi, Neytiri (Zoe Saldana), salva la vida de Jake, y todo cambia. Jake es admitido en su clan y aprende a ser uno de ellos, lo cual le hace someterse a muchas pruebas y aventuras. Mientras, los humanos siguen con su plan, confiando en que la información de Jack les sea útil”FilmAffinity.


Si usted ha acudido a ver "Avatar" en 3D y ha tenido mareos o ha sufrido molestias oculares, está dentro de los afectados por el nuevo formato propuesto para los cines de España, Europa y el resto del mundo, según las noticias. Si por el contrario se encuentra dentro de aquellos usuarios del cine que no ha visto la película de James Cameron en 3D, no tiene porqué preocuparse por la posible repercusión en los defectos causados en la vista, sin embargo se ha perdido una de esas cintas que dejan un muy buen sabor de boca.



"Avatar" era una de esas películas que no me llamaban la atención. Leí la sinopsis y no consiguió engancharme. Escuchaba las buenas críticas y opiniones de mis amigos que habían ido a verla, pero no terminaban de convencerme. Un fin de semana, tal vez por exceso de recomendaciones, compré las entradas un día antes para asegurarme una buena butaca, aunque estaba seguro que la sala no se llenaría, pero me gusta ser previsor. Acerté. La sala se llenó completamente, a pesar de llevar más de un mes y medio en cartelera. Tenía tres horas de film ante mis ojos y me preparé para la ocasión. Apenas noté el paso del tiempo. Puede que este detalle no sorprenda en una película de acción, pero si a esta información le agrego que la cinta de James Cameron no tiene un guión extraordinario ni una historia espectacular, surgen algunas dudas sobre la calidad de la película. Nada más lejos de la realidad. "Avatar" es un espectáculo visual y auditivo, un film cargado de colorido y efectos sonoros magníficos enmarcados en una buena música, todo cargado de acción a raudales, que deja una sensación majestuosa cuando las letras finales despiden al espectador.



Con una muy buena dirección, James Cameron consigue crear una cinta con un argumento bastante predecible, pero no por ello decepcionante. Sabemos lo que va a ocurrir y los elementos que crean la historia, pero a pesar de ello nos gusta. No posee un guión brillante y lleno de giros sorprendentes, de hecho adolece de esos elementos sorpresa a los que nos tiene acostumbrados su director en anteriores cintas (“Terminator”, “Alien, el regreso”, “Terminator 2” o “Titanic”), pero consigue sumergir al espectador en el mundo de Pandora y concienciarse de la difícil vida de sus habitantes. Con un pequeño toque inocente que acoge la clasificación de todos los públicos y una pincelada Disney sin pertenecer a la compañía (con un malo muy malo incluido) hace que un film con un gran porcentaje de digitalización, se convierta en una aventura llena de sensaciones que todos queremos vivir. Pese a su alto contenido digital, el reparto ayuda a cerrar esta creación con las buenas interpretaciones, aunque no excesivamente brillantes, de Sam Worthington, Sigourney Weaver y Zoe Saldana, de la que sólo podemos ver sus facciones en el mundo Na’vi. Se completa la ficha técnica con la música de James Horner, compositor con el que ya contó Cameron en su ultrapremiada “Titanic”, y la fotografía de Mauro Fiore.



No es fácil. No es fácil pero James Cameron lo ha conseguido. Se ha gastado un presupuesto de más de 250 millones de dólares en crear un mundo fantástico donde el espectador es un visitante de lujo, y lo mejor: lo ha hecho bien. Con un grandísimo mensaje que transmite unas ideas muy claras y deja un regusto excelente, "Avatar" es de esas películas que consigue sacar una expresión de satisfacción a todo aquel que se pase por un cine a verla. Un film que ha sido nominado con cuatro Globos de Oro ganando dos (Mejor Película y Mejor Director) y que entra en las listas de los Óscar con nueve nominaciones (Mejor Película, Mejor Director, Mejor Fotografía, Mejor Banda Sonora, Mejor Montaje, Mejor Dirección Artística, Mejor Sonido, Mejores Efectos Sonoros y Mejores Efectos Visuales). Cameron, ante el grandísimo éxito de su obra, ya ha anunciado que habrá trilogía. Quizás sea porque las 3D me cautivaron, tal vez porque quise ser un Na’vi o puede que, sencillamente, fuera porque me hizo ilusión formar parte de una gran aventura visual y sonora, pero "Avatar" me gustó… además, siempre quise montarme en un dragón. Un ocho en la escala de diez.


¿Habéis visto "Avatar"?, ¿qué os parece la idea de la trilogía?

jueves, 4 de febrero de 2010

Tres años...

"- ¿Ya no escribes?

- No, ya no.

- Eso no se olvida ¿no?

- No".

"Alatriste" - Agustín Díaz Yanes

[Tres años repartiendo agua.
Gracias a todos los que se han pasado alguna vez por aquí, escribieran o no.
Gracias]