En la carta de don Francisco de Goya y Lucientes a la Regencia se manifiesta “sus ardientes deseos de perpetuar por medio del pincel las más notables y heroicas acciones o escenas de nuestra gloriosa insurrección contra el tirano de Europa”. 24 de febrero de 1814.
Respuesta de la Regencia: “teniendo en consideración la grande importancia de tan loable empresa y la notoria capacidad de dicho profesor para desempeñarla se le satisface el importe de lienzos, aparejos y colores”. 9 de marzo de 1814.
Respuesta de la Regencia: “teniendo en consideración la grande importancia de tan loable empresa y la notoria capacidad de dicho profesor para desempeñarla se le satisface el importe de lienzos, aparejos y colores”. 9 de marzo de 1814.
Goya se pone manos a la obra y comienza la ardua tarea de representar lo acontecido los días 2 y 3 de mayo de 1808. Las obras que saldrían de este trabajo constituirían un referente en la Historia del Arte y un punto de inflexión en la propia Historia de España.
"El 2 de mayo de 1808 en Madrid" o "La carga de los mamelucos", es una magnífica obra donde el pintor demuestra su genialidad, convirtiéndose en referente para obras siguientes y dando muestras del Arte Contemporáneo que está por llegar. Con un estilo rápido y suelto, y una paleta de tonos amarillentos, y predominio de marrones y rojos, despliega una pincelada dinámica y fogosa. Mucho Historiadores del Arte han visto en este cuadro y su pareja un avance más que considerable en la trayectoria del pintor y de la Pintura en general. Algunos incluso han señalado que “las audacias cromáticas son tan grandes que el cuello verde de un caballo no ha sido superado en osadía por los caballos de Franz March”, como José Luis Morales y Marín. Sin lugar a dudas, se trata de una joya histórico-artística que simboliza la maestría y la relevancia de un pintor como Goya.
Sin embargo, ambas obras encierran algo más que la, ya de por sí, extraordinaria calidad técnica y magnífica composición, pues son dos narraciones cargadas de simbolismo y significado. El 2 de mayo de 1808, grupos exaltados del pueblo de Madrid se levantaron contra las tropas napoleónicas que ocupaban las principales ciudades españolas. Comenzaba la Guerra de la Independencia y a don Francisco, un hombre sensible y ya afectado por la sordera, le impactaría profundamente, grabando en su cabeza imágenes despiadadas que luego supo plasmar en sus cuadros y grabados. El levantamiento se desencadenó contra los destacamentos turcos de las milicias francesas, pero la representación de soldados musulmanes en una pintura de Historia apelaba al recuerdo nacionalista de la lucha contra los moros, los viejos enemigos señalados por los españoles desde los tiempos de la Reconquista. Es curioso que, siendo un cuadro correspondiente al género más prestigioso de aquella época, el de Historia, Goya no destacase a los héroes y personajes más conocidos. Este detalle demuestra que a don Francisco le interesaba otro tipo de pintura. Otros detalles ocultos. Al gran pintor le interesaba destacar el gran carácter unitario de los españoles contra sus enemigos. Hombres y mujeres unidos y decididos a acabar con el enemigo, aún sabiendo que sus vidas corren peligro, totalmente desorganizados y empuñando armas de todo tipo, que contrastaba fuertemente con la organización del ejército francés.
La caballería avanza y se abre paso entre la gente, mientras intentan derribar a los sublevados. Todo se produce rápidamente. No hay piedad en los mamelucos, que empuñan sus espadas y descargan sus feroces golpes contra las víctimas. Pero el pueblo de Madrid no se viene abajo y responde ferozmente al ataque. Un ataque dinámico. Rápido. Una racha de violencia que cruza el cuadro de izquierda a derecha. La mejor composición que crea Goya en esta obra es precisamente la ausencia de ella. El caos despertado. La locura suelta y mezclada con la muerte, el odio y el horror. Todo gira y todo pasa. Todo se mueve, excepto los cadáveres y los edificios que se perfilan al fondo.
Y entonces el tiempo se detiene. La carga se paraliza. Goya consigue captar un momento. Un instante preciso de esa ráfaga de violencia que cruza ante sus ojos. Y las imágenes impactantes se suceden dentro del cuadro. A la izquierda, un mameluco recibe una herida de un hombre que salta para matarle. Bajo las patas de los caballos yacen los cadáveres de ambos bandos. No hay un claro perdedor o un claro vencedor, para Goya hay muertos. Hay cadáveres franceses y españoles. En el centro, el genial pintor representa la violencia desatada por la locura. La pérdida del juicio, una de las despiadadas características de la Guerra. Un español apuñala irracionalmente a un mameluco caído. Aunque ya esté muerto, sigue acuchillándole mientras su mirada destila ira y locura. Una enajenada locura que no puede controlar. La locura que otorga la Guerra. La irracionalidad y brutalidad en la que se convierte el ser humano. Justo arriba, otro mameluco abre los ojos en el fragor de la batalla y deja entrever la violencia de su gesto, empuñando un cuchillo que levanta y que descargará en la próxima acción. Los caballos resoplan mientras sus miradas desprenden terror y pavor. El horror se extiende en toda la escena, aunque matizado y, tal vez velado, por la violencia y la ausencia de razón del momento.
Don Francisco de Goya y Lucientes demostró con esta obra lo que pretendía. Sacar a la luz las consecuencias de una sangrienta Guerra. ¿El resultado? A la vista está.
Y en dicho levantamiento fallecieron
LUIS DAOIZ TORRES
(Sevilla, 10 de febrero de 1767 – Madrid, 2 de mayo de 1808)
y
PEDRO VELARDE SANTILLÁN
(Muriedas, Cantabria, 19 de octubre de 1779 – Madrid, 2 de mayo de 1808)
Fragmento de "Muerte de Daoiz y Velarde en el parque de artillería de Monteleón" - Leonardo Alenza
10 comentarios:
Impresionante cuadro; como se comentó en la anterior entrada, sobrecoge ver los efectos de la guerra; hay que ser un genio para plasmar en soolo unos metros de tela el pánico, el horror, la sangre, el odio, el miedo, la muerte... en fon, tantas cosas que solo puede estar al alcance de un aunténtico genio.
Enhorabuena por la entrada, amigo Aguador. Veo que la memoria de don Luis Daoiz ha sido hoy honrada en bastantes sitios de internet, entre ellos nuestros blogs, aunque yo he sido un poco mas "castizo".
Saludos.
Puede que lo más importante sea eso, plasmar que en las guerra solo ganan la locura y la muerte, y lo demás es política… Y se me viene a la cabeza el último libro de Pérez-Reverte… Tal vez sea por aquello de que la historia no existe, existen los que la vivieron, los que la escribieron y la pintaron, en definitiva, existen los que la recuerdan y la cuentan.
Muy buena la entrada, los cuadros los conocía y nunca dejan de impresionarme.
Kisses
Impresionante cuadro y magnifica entrada...
Pasate por mi blog que tienes una cosa para ti...
Un abrazo
Entre la música, los cuadros y lo que cuentas me he quedado sobrecogido. A los grandes les pasa eso que su obra queda como mero vehículo para expresar lo que quieren. Si me lo permite señor del agua volverñe por estos lares tan instructivos que buena falta me hace
Cuenta generosidad en todo lo que nos estás enseñando.
Sería un sueño ir contigo a visitar la exposición...pero ya sabes lo que pasa con los sueños.
Gracias por estos magníficos trabajos.
Un beso.
MUCHAS GRACIAS POR TUS PALABRAS HACIA MI PERSONA EN EL BLOG DE JORDI DE TRIANA.
MUY BUENO TU BLOG, FELICIDADES
SALUDOS
ESTEBAN
Querido aguaó llevaba tiempo sin visitarte, aunque hoy lo hago con rapidez no quería dejar de agradecerte que hayas tenido presente una fecha tan importante no solo para la comunidad de Madrid sino para toda España por marcar un capítulo tan importante dentro de nuestra historia.
En cuanto a la obra del genial Goya y su serie los horrores de la guerra coincido contigo en la genialidad de sus trazos algo mas imprecisos que se salen del realismo puro y del acierto de los colores de la paleta del pintor que curiosamente centra nuestra atención en un punto focal y lumínico del cuadro,la casaca blanca de la figura que es presa del terror al verse enfocado por los fusiles y el lomo blanco del caballo.
El cuadro conocido también como los fusilamientos del monte Pío (cercano a la antigua estación del Norte)es uno de mis favoritos y he tenido la ocasión de observarlo "en vivo y en directo" y es como revivir aquel terrible suceso. Un genial trabajo de restauración el que realizaron con estas dos obras que también sufrieron las consecuencias de otra guerra ya que fueron dañados en el 38. Creo que estaran expuestos hasta el 13 de Julio.
Ambos estan cargados de su maestría y del "buen hacer con el pincel" del maestro Goya dado que supo plasmar como nadie el horror de aquel capitulo, estos cuadros son la mejor crónica que tenemos sobre lo acontecido en aquellos días.
Ayer mientras paseaba por el centro en busca de una terracita libre por casualidad pude contemplar el cortejo del desfile por la plaza de Oriente con las copias de estos cuadros custodiados por la guardia real y por el mismisimo Goya (aunque fuera un actor^^)
Como siempre un placer leerte amigo
Besos y disfruta del fin de semana
Pd:no hubiera elegido mejor "soundtrack" que esos sonidos de fondos para tu entrada
Hace tiempo que no voy a museos, lo he pensado al entrar en tú casa.
Me gusta,ha sido genial, y la explicación la historia,..
¿te he comentaod que me encanta estar en tu casa?Ojo, que no te estoy haciendo la pelota,no es mi estilo..
Lo dicho,un placer.
Muchísimas gracias por tus palabras amigo Du Guesclin. El cambio de mi blog y la atención a los sucesos del 2 y 3 de mayo están, básicamente, enfocados a la Historia del Arte y la obra del gran Francisco de Goya, aunque, claro está, sin aislar lo acontecido en Madrid.
Estos cuadros, amiga Gata, nunca dejarán de impresionar. Por su formato, por su composición, por su técnica y por lo que cuentan, llevas razón. Y eso es, precisamente, lo que Goya pretendía: plasmar la locura y la muerte.
Muchas gracias querido Iván.
Querido Luz de gas, bienvenido. Vuelve siempre que quieras, pues tienes las puertas abiertas.
Gracias a ti amiga Glauca. Quien sabe... tal vez nos encontremos contemplando a Sorolla en el Bellas Atres.
Gracias a ti amigo Esteban, por pasear por mi blog, donde puedes volver siempre que quieras. Tu entrada merecía la felicitación.
Muchísimas gracias por tus palabras querida Veinteañera. La verdad es que el espectáculo en Madrid ha tenido que ser muy curioso.
Amiga Tormenta, si hay algo que le apasione a un servidor eso es la Historia del Arte. Me fascina. Así pues, aquí encontrarás, en más de una ocasión, Obras de Arte. Y me alegro que estés agusto aquí, pues también es tu casa.
Un fuerte abrazo a todos y gracias por vuestras palabras.
Amiguísimo Aguaó:
Ya lo apuntaste en los comentarios de la anterior entrada,
GOYA: REPORTERO GRAFICO DE GUERRA.
AGUAÓ: REDACTOR.
1BESO.
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