miércoles, 29 de octubre de 2008

La Reina en la Villa y Corte


Ya no era noche, pero tampoco era día. La mañana aún no se había despertado y los ojos se resistían a abandonar la luz de los sueños. Parecía que sólo había pasado una hora escasa cuando el aviso llegó en forma de beso. La hora de partir. La Villa y Corte nos esperaba y, como hiciera don Diego hace ya muchos años, o don Bartolomé, nos preparamos para el viaje cuando aún el alba estaba entre sábanas y los pájaros no se atrevían a despertar sus gargantas. Recuerdos anquilosados de un viaje de ida donde el despertar se hizo agonía ante el traqueteo continuo del camino. Abrir los ojos y encontrar otro paisaje. Otros perfiles de azoteas y otro cielo. Frío al primer contacto con el exterior y salida entre bostezos encontrados, arremangándonos el jubón para frotarnos lo más cerca posible de nuestra piel y calándonos el chapeo hasta la sien. Atusándome el bigote para rematar en la perilla, ahogué un bostezo en la palma de mi mano y sonreí. Ya estábamos en Madrid los tres. Don Sebastián, soldado incansable y de corazón puro, amante de la Historia y la buena música, de porte torero, como le dijeron en una ocasión que enfilaba las gradas de la catedral, ya apresuraba el paso a mi siniestra. Al otro lado, una estructura ósea de finales del siglo XVII, obra de Antonio Quirós y retocada por Astorga en el XIX, también aumentaba su zancada. Y servidor en el centro, un aguaó del siglo XVII que llegaba a la capital de aquella España buscando el secreto de una leyenda y el mito vivo del dios Mercurio.


Y todo comenzó a sonar en clave musical. Dirigimos nuestros pasos bordeando el Retiro y El Prado, saludando con una reverencia a don Diego, sentado eternamente frente a la casa de sus obras y delante de una Avenida que no deja de tener movimiento. Menuda paradoja... dándole la espalda a su pasado y viendo el mundo avanzar sin detenerse delante de sus ojos, pero inmóvil. La jornada se cerró pronto con la visita a un más que mutilado Museo Arqueológico y la llegada a la posada. Allí dejamos nuestras pertenencias y nos apresuramos hasta las puertas del Corral de Comedias. Solo cabía esperar. Y las horas pasaron lentas, porque cuando esperas... no siempre Cronos devora rápidamente. Pero entonces la noche cayó sobre la capital. La gente comenzó a arremolinarse y los nervios crecieron. Las piernas se quejaban acuchillando las corvas y la cintura protestaba tirando de los riñones. Ni la parada del postigo, voto a tal, dolía tanto. Cómo me acordé de mi cinturón de esparto. Se congelaban los minutos y las horas y sólo la vida del lugar nos demostraba que el tiempo no se había parado. Don Sebastián, como si estuviera aún en el tercio de aquellos viejos soldados de Flandes, tomó posiciones al comprobar que había un movimiento extraño. La Canina crujió sus huesos y se pegó a un lado. Y un servidor llevó la muñeca diestra al pomo de la toledana, por lo que pudiera pasar. Movimiento y apertura al fin. Locura desatada. Carreras. Empujones. Pisotones y votos a tal. Todo era una erupción. Un caudal de almas en busca del Cosmos del Rock.


Conseguida la meta. A veces, aunque no siempre, la espera tiene su recompensa. En esta ocasión mereció la pena y la valla de la primera fila nos frenaba ante las embestidas de aquellos que nos seguían. Contemplaríamos la actuación desde muy cerca... tan cerca que podríamos sentir cómo se rasgaban las cuerdas de una escarlata especial. Tan cerca que podríamos sentir cómo palpitaba el ritmo de unas gafas de sol. Y allí estábamos. Don Sebastián, La Canina y el aguaó, cuando las noticias llegaban de Sevilla –ay mi Sevilla- para poner la guinda de ese pastel que estaba por terminar. Ganaba mi equipo justo antes de que estallara un Cosmos y la caída del martillo de sir Brian May se hiciera tormenta dentro del Corral. Comenzaba el espectáculo y los sentimientos y emociones se derramaron por aquellos huecos donde la razón no llega. Todo un espejismo irreal de imágenes y un torrente fortísimo de música que nos atrapó en un abrazo sobrecogedor. Un desfilar incansable de recuerdos teñidos de actualidad y de canciones atrapadas en el alma muchos años atrás. El repertorio se antojaba delicioso y degusté aquel comienzo explosivo, que no era sino una premonición de lo que estaba por llegar.


Todo transcurrió como si estuviéramos atrapados en un sueño. Llegaron momentos de adrenalina, donde las piernas, asqueadas de tanta rigidez, saltaban solas. Los brazos espoleaban palmas al aire y nuestras gargantas se pelaban al contacto con la emoción. Todos éramos uno y podíamos sentir esa unión. La Reina se dejaba sentir y nos atrapaba en un halo de nostalgia, rock y ferviente actualidad. Y el espíritu de Freddie estuvo presente siempre, aunque más que nunca cuando sir Brian le cantó aquel Love Of My Life, dejó volar su melodía musical en una joya llamada Bijou y el puño de Mercury apareció en la pantalla para recordarnos que no nos olvidamos de él. Para recordarnos que el show debe continuar. Para recordarnos que todo es una Rapsodia Bohemia y que nada realmente importa... sea cual sea la dirección del viento.


Don Sebastián chasqueó la lengua con un gesto de aprobación y sonrió con el gesto cansado. Había merecido la pena. La Canina sonreía con su terrorífica dentadura al aire mientras entre dientes resoplaba lo increíble que había sido. Y servidor... servidor aún estaba en éxtasis mientras el eco de la salvación a la Reina seguía latiendo en mi corazón.


Volvimos a la posada y descansamos hasta la jornada siguiente, dónde en una fugaz visita al Prado pudimos deleitarnos con el genio de Rembrandt y con don Diego... al que siempre que voy a la Villa y Corte procuro visitar. Y se acabó. Traqueteo de vuelta para reencontrarme con campos a un lado y otro y aparecer de pronto, casi sin avisar, aquel caballo blanco que recorta el cielo de mi ciudad y me arranca una sonrisa. Estamos de vuelta... sólo hemos ido a ver a La Reina y su espíritu de leyenda.

24 comentarios:

el aguaó dijo...

Amigos parroquianos que os acercáis hasta este humilde rincón para saciar vuestra sed, tengo que deciros que hay rachas de todo tipo, y actualmente estoy inmersa en una de escasez de tiempo.

Como habréis podido comprobar en las últimas semanas, tardo en actualizar y apenas aparezco por vuestros blogs, pero una oleada de trabajo me está arrastrando a un lugar sin tiempo. Cronos se ríe de mí cuando al final de día compruebo que se ha comido más horas de las que esperaba y que ya no me quedan para visitaros o actualizar.

Os doy las gcias de todo corazón por estar ahí siempre, por dejar vuestros comentarios, por no faltar a vuestra cita en este humilde puesto del agua, porque sin vosotros, sin vuestras opiniones y aportaciones, esto no tendría sentido. He intentado hacer un pacto con Saturno, pero al parecer es insobornable, así pues, cuando pase esta racha de horas desvanecidas, volveré a pleno rendimiento.

Gracias de todo corazón.

Ramsés, vuestro aguaó...

Zapateiro dijo...

Genial descripción la de la espera;)

Me alegra que hayáis disfrutado tanto y que vengas con ánimo para afrontar la etapa de escasez de tiempo que dices que atraviesas.

Corriendo los tiempos que corren no es mala señal tener una oleada de trabajo, así que sólo me cabe darte ánimos.

Un beso aguaó.

Juan Duque Oliva dijo...

Que me hubiera gustado haber estado allí, pero con todo no podemos.

Nos has hecho una crónica exquisita, espero que La Canina vuelva con todos sus huesos en su sitio y que no se te haya rajao el cantaro.

God save the queen, this queen.

Er Tato dijo...

Cada vez lloras mejor tus palabras. O las ríes. O las echas a volar enloquecidas tras desatar el rígido corsé del verbo.

No me queda más que levantarme y aplaudir. Seguro que Freddie, desde allá donde él esté, anda buscando como loco un cibercafé para dejarte un comentario...

Un beso enorme

Reyes dijo...

Me alegro de que lo pasaras bien, por lo visto a Mehmet Aurelio le gusta la reina...
Y no te preocupes, con que vuelvas y no nos dejes nos conformamos, pero... ¡no tardes!
¡Dios salve a la reina!

Un besazo con sonido eléctrico.

sevillana dijo...

Dos de mis sobrinos se fueron el sabado por la mañana también para la Villa y Corte, me han contado muchas cosas, pero llegaron destrozados pero contentos.
Esperaremos tu ausencia querido augaó.
Besitos

Híspalis dijo...

Magnífico relato... me alegro que disfrutárais. Se nota leyendo. En cuanto al tiempo, ¿qué te voy a decir que no sepas?... tan sólo despreocúpate porque los fieles siempre seguiran siendo fieles a la cita en tu blog, no lo olvides nunca.

Un fuerte abrazo. Tu amigo Híspalis.

Chevalier A. Dupin dijo...

Felicidades. Da gusto ver cómo la ilusión -y la inversión- en un sueño tiene recompensa.
Por cierto, ¿es la crisis la que nos mantiene a todos a bofetadas con cada vez más horas dedicadas al trabajo? Yo tampoco consigo desliarme lo más mínimo. Aquí estoy, robando minutos a Cronos

La gata Roma dijo...

Algo tarde, pero al fin leí la crónica del concierto anunciado.
Me alegro de que lo pasaras tan bien; y siempre que ando por la capital hago visita a don Diego, o casi siempre. Es casi tan necesario como el paseo por Tirso.
Kisses a los tres

orfila dijo...

Lo llevas to palante, artista. Qué alegría de vitalidad y buen hacer.

Yo ya estoy mayor.

Un abrazo.

Persa dijo...

Yo cuando era chiquetito también iba a conciertos en tren, pero nunca pude ir a uno de Queen. ¿Viste excesiva dependencia de Mercury? Yo sigo sin verlos sin él, pero supongo que todo es cuestión de fe. Gracias por el trago, amigo.

Antonio dijo...

Sabemos que volverás al ataque.

Tómate tu tiempo, ahora que puedes,

Saludos

Antonio

nefer dijo...

Un regalo de el cielo. GENIO.

1BESO.

Verdial dijo...

Muchas veces el tiempo nos come. Cuando ocurre, es bueno tomarse un disfrute como el tuyo. Relaja y da fuerzas para seguir.

Un abrazo

Juanma dijo...

¡¡Hola Ramsés!! Un placer ese ratito de radio contigo.
Saludos.

Anónimo dijo...

Pues yo creo que las declaraciones de la Reina a Pilar Urbano... ah, no, que esta entrada no va de eso... jejejeje.

Me alegro de que disfrutaras de Queen. Hace tiempo que no voy a un gran concierto. Antes me pegaba auténticas palizas para ir a los conciertos como Metallica en Barna o lo más fuerte: Bon Jovi en Madrid y al día siguiente Manowar en San Sebastian y de vuelta a casita al acabar el concierto.

Me quedé sin entradas para AC/DC, pero siempre me queda un hilo de esperanza para conseguirlas con el plan B.

Una curiosidad que dijo Carrascus en su blog. El primer sitio donde Paul Rodgers cantó canciones de Queen con May a la guitarra fue en... ¡Sevilla!
En el famoso Festival de la guitarra allá por el 91.

Reyes dijo...

Yo también sigo viendo la falta de Mercury, como me ocurre con Manolo García, que no es el último.

Finidiblanco dijo...

Pues Aguaó, siempre que sea por trabajo (y que no falte) tarda lo que quieras en aparecer por mi blog; saludos y felicidades por esa gran velada

Jordi de Triana dijo...

Y nosotros que nos lo perdemos. Nos queda bastante con releer tus magistrales entradas. Seguro que en cada lectura encontramos matices nuevos que no pudimos percibir en la primera.
Tengo el mismo problema, el trabajo a penas me deja pensar, leer y escribir.

Un abrazo amigo.

María_azahar dijo...

Fantástica y muy vivida tu entrada, Ramsés. Ni periódicos ni revistas especializadas habrían redactado la crónica del conciertazo "real" mejor. Me ha gustado esa conjunción de los términos villa y corte, muy renacentista ;)

PD: Cuando tenga Vuesa Merced un ratito libre, auséntese de la Villa y pásese por cortesía por la Corte de otra Reina; me han dicho que hay una cosita para su Usía Ilustrísima.

Besos.

Pasión dijo...

Yo también soy de la opinión que hay artistas IRREPETIBLES.

Si el concierto y el viaje le ha servido para vivir experiencias nuevas, pués nunca están demás.

No se preocupe "por la falta de tiempo".

Me empaparé de sus entradas antiguas que todavía no he leido.

Qué le cunda el trabajo, que es una VIRTUD.

Unknown dijo...

Aunque sea ya tarde, o muy tarde, o demasiado tarde o como quieras, jeje, reitero mis agradecimientos por hacerme desde la distancia partícipe del concierto.

Esperemos que para el próximo pueda ir con vosotros y disfrutar de nuevo de la Red Special.

Saludos.

eres_mi_cruz dijo...

vale, lo he cogido, aguaó...
lo de "y Corte"
iba con segundas...

ya sabes mi truco:
De tiempo escaso...
yotube que enlazo.

el aguaó dijo...

Querida Zapateiro, la verdad es que no me puedo quejar por el trabajo, ya que me viene muy bien y además estoy contento con lo que hago. El problema es el tiempo...

Pues el cántaro estuvo a punto de romperse querido Juan... y La Canina se libró por muy poco.

Reír y llorar palabras, a veces, resulta algo tremendamente paradójico querido Tato. Gracias por tus palabras...

Querida Reyes, parece ser que voy ajustando horarios y adaptándome a mi nueva situación, detalle que ayudará para volver de nuevo a mi ritmo... o al menos eso espero.

Querida Sevillana fue un concierto increíble. Seguro que te contaron cosas muy buenas...

Eso me consuela profúndamente querido Híspalis... que los fieles seguiréis siempre aquí, por muy liado que esté. Y yo os lo agradezco de todo corazón, pues si esto avanza, es gracias a vosotros.

Querido Chevalier, en mi humilde rincón está mi correo... mándame un e-mail con la clave para robarle minutos a Cronos. La verdad es que fue un concierto excepcional, aunque se echó de menos al gran ausente.

Amiga Gata, si no veo a don Diego... luego me riñe.

Hago lo que puedo querido Orfila, pero aún así, siempre me dejo cosas atrás.

Amigo Persa. Freddie es, sencillamente, insustituible.

Ese es el problema amigo Antonio, que no me cojo tiempo, me lo roban a mí.

A veces, querido Nefer, me daba la sensación que era un regalo del cielo.

Amiga Verdial, poco a poco me adapto a la nueva situación. Sencillamente es alcanzar el equilibrio.

Amigo Juanma, el placer fue mío, sin lugar a dudas.

Querido Maese, el dato que nos ofrecía nuestro amigo Carrascus demuestra que, como decía Serrat, es caprichoso el azar...

Muchísimas gracias amigo Finidiblanco. La vedad es que el trabajo me viene bien, pero voy cogiéndole el tranquillo a los horarios y pronto me organizaré.

Amigo Jordi, voacé sabe que mi archivo está a su plena disposición. El tiempo -ay el tiempo-, el mismo que nos da y nos quita...

Amiga Charo voy p'allá. Y gracias por lo de crónica, aunque sólo relato lo que vi y viví.

Virtud y necesario. Que no falte, como se suele decir Pasión.

Al próximo, mi querido General, espero que se una voacé a este trío de incansables...

Genial querido Eres mi cru. Y lo de Corte... veo que eres el único que lo ha pillado...

Un fuerte abrazo a todos y un millón de gracias.