Las madres poseen una capacidad innata que suele estar infravalorada. Más de un sexto sentido, como en muchas ocasiones se han encargado de hacernos saber. Cuando Napoleón cayó en Waterloo fue, en su mayor parte, por la debilidad que adolecían sus tropas al tener que dividirse en varios frentes. La fragmentación de soldados hizo que las fuerzas de las tropas se mermaran y quedaran expuestas a su rotura en un ataque de grandes dimensiones. Demasiadas batallas para el ejército del emperador francés. Sin embargo, nuestras madres son capaces de llevar varias ‘guerras’ por delante sin detenerse y, lo más increíble, superarlas con éxito, arrojo, fuerza, una muestra sorprendente de coraje y valor. Son así, capaces de abordar todas las murallas y superar los obstáculos con una resolución admirable. Y muy a tener en cuenta. A veces pienso que nuestras madres están infravaloradas, pues poseen la inmensa virtud de abarcar no solamente lo que está en su mano, sino mucho más. Si ellas hubieran combatido junto a Napoleón, probablemente Francia tendría actualmente unas fronteras mucho más amplias. No se detienen ante nada y consiguen superarse de forma magistral. Son joyas sin tallar. Esas bellas piedras pulimentadas que aparecen en el corazón de la naturaleza y poseen un valor incalculable, pues aún no están modificadas por el humano.
Las madres tienen el don de la ubicuidad. Cuando parece que no van a poder con nada más, lo consiguen. Están pendientes de todo y te aportan ese dato que no recuerdas, ese detalle que se te olvidaba, el bocadillo para que no pases hambre, la advertencia irónica, la chaqueta para abrigarte, el hombro para que llores, la riña que te hace abrir los ojos, el remiendo de tu corazón, el grito desesperado, el regalo inesperado, la caricia para que te pongas bueno, el dardito de un aviso, el beso de buenas noches, la palmera de chocolate, el mejor consejo, tu comida favorita, tus dos horas de digestión, el abrazo de siempre… el Amor de una madre. Y es que ellas llevan nuestra casa, en ocasiones nuestro trabajo, su trabajo, nuestro médico, el médico del abuelo, el médico de la abuela, su médico, la compra, nuestra comida, la comida del abuelo, la comida de la abuela, su comida, y cariño y besos para todos. Son geniales. Mil cosas para dos manos y un solo cuerpo. Cada vez estoy más seguro: Napoleón hubiera ganado. Por eso hoy, día de la Madre, quiero hacerles este pequeño homenaje, muy lejano a lo que realmente se merecen. No, no me he equivocado. Hoy es el día de la Madre. Y ayer. Y antes de ayer. Y el otro. Y lo será mañana. Y pasado mañana. Y todos los días, porque es así como debe de ser.
Algunos artistas retrataron a su madre y la inmortalizaron en sus lienzos para siempre. La convirtieron en Arte y la dotaron de la vida eterna con el recuerdo incombustible de contemplar su figura procedente de los pinceles de su hijo. Así fue como De Chirico, antes de su Metafísica, captó la serenidad de su madre con un dibujo marcado y unas líneas perfectamente perfiladas. Picasso, antes de fragmentar la realidad en la geometría de cubos irregulares, se dejó imbuir por el Realismo, y prueba de su paso por este estilo, es la representación de su madre, pensativa, mirando hacia abajo, recuerdo imperecedero de aquella mujer que le dio la oportunidad de vivir. Vincent siempre aporta un toque mágico. Un toque de viveza colorista que acentúa con la textura de su paleta. Trazos gruesos y luminosos que llenan de vida el retrato. Su madre aparece con un gesto amable y simpático. Se deja intuir el movimiento que con el tiempo adquirirá la pintura de Van Gogh. Y dentro del Postimpresionismo se podría encuadrar el lienzo de Salvador Dalí que capta la figura pensativa de su madre, doña Felipa Dome Domenech de Dalí. Todos estos artistas, y muchos más, quisieron dejar plasmada la imagen de su madre para siempre, otorgándole ese matiz de universal y eternidad. No es de extrañar, porque las madres siempre estarán ahí. Pase lo que pase, una madre siempre responde por su hijo y lo apoya. Ni veinte mil soldados de un tercio de Flandes del siglo XVII podrían con una madre que protege a sus hijos. No hay mayor valor ni mayor coraje. Hasta el final.
Renoir realizó una obra de características maternales, pero no era su madre. Era su mujer. Quizás los pintores se decidieran a inmortalizar a sus madres porque, de una forma u otra, la madre de cada uno de ellos era la mujer de su vida. Y puede que este sencillo trazo aderezado con tintes pasionales no esté alejado de la realidad. Pero Renoir, al pintar a su mujer, dota al retrato de ese otro punto de vista. En los anteriores, el Amor que sienten sus autores por la persona que les dio la vida se hace notar. Incluso se palpa en algunos casos, como demuestra Van Gogh. Renoir vio la maternidad y el Amor de la madre en su mujer. Y es que la mujer es la única capaz de dar vida, de sentir con una sensibilidad y unas emociones que están al alcance de muy pocos. Y ese Amor, tan destacado en algunos casos, pasa desapercibido para muchas personas, cuando nunca debemos olvidar que una madre siempre estará ahí.
Para nuestras madres siempre seremos sus niños. No hay distinción de crecimiento, pues ellas siempre darán su Amor de la misma forma, aunque diversificando los diferentes estratos del momento. Tal vez por eso los artistas la plasmaron en diferentes momentos de sus vidas. Y esta representación artística no es de extrañar, pues las madres son un estilo independiente de todo lo demás. Aportan su propia idiosincrasia y poseen unas normas y leyes comunes, atadas en su subconsciente por un filo y delgado hilo conductor que las une a todas en un marcado patrón. Hay frases universales que nuestras madres se han encargado de escribir con letras de fuego en el memorial de nuestra infancia, madurez y siguientes estados del ser humano. Quien no ha escuchado alguna vez un “¿qué pasa, que tengo que ir yo?” cuando no encuentras lo que buscas y ya le has preguntado a tu madre varias veces. La permisividad y la ayuda gratuita con su “venga anda, vete que ya lo hago yo”, o el contrapuesto, cuando algo no sale y ella te suelta un “¡ave trae!”. Consejos sabios que no siempre seguimos, como el clásico “abrígate que va a hacer frío”, a lo que tú te niegas, apoyado en ese calor que te puede en esos momentos, ella contesta “luego te acordarás de mí”, y a la vuelta, arrecio y helado por el inesperado aire gélido que tu madre parecía intuir, te espeta una de sus preferidas e inevitables frases: “te lo dije”. Ellas nos recuerdan las cosas (“¿lo llevas todo?”), nos insinúan nuestro futuro (“cuando tengas tus hijos, lo comprenderás”), y cuando no estamos de acuerdo, nos dan la libertad necesaria (“bueno… haz lo que quieras. Tú verás”). Por eso queremos a nuestra madre. Por eso es tan especial. Por eso y por tantas cosas que dejan de ser universales para convertirse en otros detalles que sólo nos atañen a nosotros, secretos de madres a hijos, secretos que todos guardamos, en nuestra intimidad.
Y a vuesas mercedes… ¿qué retrato os gusta más?, ¿qué frases son típicas de madre?
Para mi madre especialmente (con permiso de mi padre, otro genio del que ya hablaré en su momento), y para todas las madres del mundo, verdaderas guerreras de la vida, que celebraron su día ayer, antes de ayer, la semana pasada, hoy, lo celebrarán mañana, pasado mañana, el mes que viene y siempre…
14 comentarios:
Cada instante que pasa, me doy mas cuenta de la razón que tenía. Ella intuyó todo lo que me pasaría, trató de evitarlo y al ver que yo no quería, se retiró (reposo del guerrero)Hoy comprendo que no morirá, hasta verme feliz, o lo que es lo mismo, entre sus brazos. A mi anciana madre, que vuece tan exquisitamente ha retratado. Amén.
HOLA MI QUERIDO AGUAO...
Lo acostumbrado preciosa entrada,la leí con emoción y disfrute de las imágenes tan bien expuestas,la madre de Picasso,dulce y fuerte probablemente muy permisiva,como si no desarrollo libremente este pintor su imginación y su ingenio y modo de ver las cosas."Como él, menuda, robusta y de cuerpo vigoroso"
De Chirico...Esa madre siempre preocupada por todo y por todos serena e imperturbable.
Dalí...La madre que se pierde tan pronto...Prematuramente cuando mas se le necesita...
Mi madre es una preciosura,con aquello de "te lo dije y mira que te lo dije"....Intuitiva,una adorable abuela, permisiva y cada vez mas relajada de la responsabilidad de formar a sus hijos,la misión esta cumplida ahora solo debe recoger los frutos,el amor de sus hijos y sus nietos...
me ha encantado Ramses.. sigue asi... te quiero con locura HERMANO
Las madres...
se merecerían todas las entradas, todos los días....
Genial es aquella frase en la que replica al insistente niño que pide una bicicleta....'te voy a comprar, te voy a comprar.... un bicicleto...'.
Muy grandes todas.
Y en tu casa estarán contentos ;-)
Antonio
Desde luego no creo que haya don más hermoso y mágico que el poder dar la vida a otro ser. Bonita y merecida entrada.
Muchas felicidades a todas las Madres.
Saludos.
No hay nada más grande, hermoso y tierno que una madre.
Que bien lo has dicho compañero
Desde luego el día de la madre es casi cualquiera; al menos para mí.
Puede que la tuya, al igual que la mía, lo sepa todo, o sólo lo saben por el gusto que les da decir: Eso lo sabía yo…
Dale a la tuya de mi parte un abrazo y un besito, y dile que es madre, que puede con todo OK?
Y a ti, no te digo nada, que te acostumbras, te lo crees y… total, esto ya es un blog de culto.
Kisses
"Mil cosas para dos manos y un solo cuerpo" y un millón también. Si yo te contara de la mía...Si yo fuera capaz de dedicarle una entrada a su altura... Si me hubieras visto con las lágrimas al leerte...Ojú mare mía.
Un beso Ramsés.
He llorado con tu entrada al acordarme de ella, la que me dio la vida.
¡Cuantas frases de las que nos muestras no abré oido de sus labios!
Ellas nos marcan nuestro camino, nuestro destino, el ser lo que somos, ¡cuanto la echo de menos!
Besos
Ese "Ave trae" es absolutamente cierto. Mi madre, como dije en su día, me hace arroz con leche cuando intuye que estoy triste, entre muchas cosas más que la hacen única. Ella es una luchadora, tenaz y capaz de plantarle cara a un miura que se atrevió a enfrentarse a ella, trabajar fuera y llevar mi casa adelante.
Yo no soy como ella, soy egoista y eso es incompatible, pero como soy madre, gracias.
Miles de besos, artista.
(Y vaya el regalito del día de la madre, 2 chicharitos de Forlán...)
Preciosa entrada y qué bien elegidas están las imágenes. Uno de los mejores retratos que se han hecho de una madre es el papel que hacía la maravillosa Jane Darwell en Las uvas de la Ira, dirigida por John Ford.
Un abrazo.
Es saberme protegido lo que me da miedo, porque qué será de mí, Amigo, cuando falten algunas de mis tres MADRES. ..... MAMA.
1BESO.
A servidor le has puesto los vellos de punta amigo Antonio.
Y qué bonito debe ser eso, querida América, recoger los frutos.
Y tú sabes que yo a ti también querido DGP.
¡¡Cierto querido Antonio!!, masculinizar, si existe esa palabra, o feminizar en el caso contrario, es algo muy de madres.
Dar vida. Nunca se debe olvidar eso amiga Charo.
Amigo Juan, tan esponjosa que cuando la abrazas quieres más.
¡Ay querida Gata! Otra frase mítica: eso lo sabía yo. Y es cierto, porque las madres saben siempre algo más.
Gracias querida Zapateiro. Ellas se merecen mucho más, yo sólo puedo acercarme a lo que siento, pero sin llegar a expresarlo con palabras.
Nos lo suelen marcar todo amiga Sevillana.
Querida Dama, no digas eso de ti misma, pues estoy seguro que dos hombrecitos que conoces bien no están de acuerdo, por mucho que te protesten.
Buen apunte amigo Razzionger. Y por supuesto, bienvenido a este rincón del agua, donde espero vuelvas pronto, pues es tu casa.
La sensación de protección es de las mejores que hay amigo Nefer.
Un fuerte abrazo a todos y un puñado de besos.
Levantarte y sentir su regazoes una de las cosas que más añoro de mi propia independencia. Una mirada de fortaleza y sentirte grande es algo que agradezco a mi madre a diario.
Pero tú has hecho lo más importante: decírselo.
El amor, en general, hay que decirlo para que sea, para que tome forma, para que exista. De nada vale callar...
Un abrazo lleno de cariño para ti y para tu mamá...
Elena
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